Un domingo más, un vermut más. Para quienes venimos de fuera y poco a poco nos vamos enterando de los hábitos aquí en Barcelona, nos damos cuenta que uno de ellos, es quedar el domingo para hacer el vermut: es decir, beberse uno al menos, charlar un poco, encontrar a las amigas y amigos.
Así que por qué no pasar a ver que se cuentan los vecinos y vecinas que han comenzado a dar vida a este espacio que desde que he llegado a vivir al barrio, hace casi ya dos años, ha estado ahí, abandonado, y el que recientemente han abierto este grupo de personas a quienes veré cara a cara por primera vez hoy. Imagino lo han hecho como propuesta al no olvido. Cómo no recordar aquella tarde de la cual ha pasado ya más de un año, cuando llegaba a casa en mi bici y se notaba una atmosfera un tanto extraña, como cuando sientes que algo ha pasado pero no sabes exactamente qué. Y tal vez un tanto también de su deseo de reflexionar sobre el día a día en nuestro barrio, en nuestras vidas.